Sintetizador Norimaki: ¿Te imaginas probar la comida sin comerla?

Antes de hablar del sintetizador Norimaki debemos recordar unos hechos importantes. Por todos es sabido que la lengua posee diferentes regiones para los cuatro sabores que hay clasificados en Occidente: Dulce, ácido, salado y amargo, aunque no debemos olvidar que en Oriente, por ejemplo, a estos cuatro se les unen dos más: el picante y el acre o astringente. Y que en el año 1908 el científico japonés Kikunae Ikeda descubrió otro más llamado umami, que se traduce como el sabor agradable o sabroso.

Partiendo de este punto y sabiendo que actualmente es posible engañar a otros sentidos como la vista o incluso el tacto (de esto último ya os hablamos con anterioridad en nuestro post sobre la tecnología háptica), cabe decir que ahora también es posible engañar a nuestro gusto mediante este sintetizador de sabores, inventado por el científico nipón Homei Miyashita.

¿Cómo consigue el sintetizador Norimaki engañar a nuestro cerebro?

Este sintetizador toma su nombre de un tipo de sushi que viene hecho con rollos de alga nori, y que se asemeja bastante al diseño. El dispositivo está formado por un tubo grande que contiene 5 tubos más pequeños en su interior y que van a parar a un panel con cinco pequeños círculos. Cada uno de estos círculos situados en uno de los extremos del sintetizador Norimaki están compuestos por un tipo de gel diferente para activar cada uno de los cinco sabores:

• Glicina para crear el sabor dulce
• Ácido cítrico para crear el sabor ácido
• Cloruro de sodio para crear el sabor salado
• Cloruro de magnesio para crear el sabor amargo
• Glutamato de sodio para crear el sabor umami

Chocolate virtual sin calorías, ¡Es posible!

Al presionar el aparato contra tu lengua te hace sentir esos 5 sabores a la vez. Pero la gracia del sintetizador Norimaki es que puede personalizar la cantidad e intensidad de cada elemento que sientes en la lengua, por lo que combinando estos 2 parámetros con los 5 sabores, el aparato puede engañar a tu lengua y hacerte creer que estás comiendo cualquier sabor, sin que físicamente estés comiendo ni bebiendo nada.

¿Utilidad? De momento es un concepto. Su funcionalidad obvia es sustituir por ejemplo las ganas de comer un alimento concreto que nutricionalmente no es especialmente positivo para el cuerpo. Por ejemplo dulces o snacks.

Otro posible uso sería recrear los sabores en plataformas virtuales. Por ejemplo en una tienda de alimentos online para que el usuario «pruebe» un producto antes de comprarlo, o en un videojuego. Esta idea no es precisamente innovadora, ya se intentó en su momento con el olfato, mediante una app que capta olores disponible para dispositivos de Apple. ¡Veremos en qué queda este nuevo invento!